domingo, 13 de octubre de 2013

La polémica de las mujeres


LA POLEMICA DE LAS MUJERES

11de octubre de 2013

Los últimos días en el Parlamento Ecuatoriano se ha llevado a cabo la más importante polémica de las mujeres en lo que va de este siglo. El asunto: la defensa de su derecho a decidir sobre su cuerpo, territorio hipotecado por las leyes, las costumbres, los intereses políticos encubiertos y explícitos.
No se trataba siquiera de modificar el Código Penal para volver el ABORTO un acto no punible. Solo se pedía esta vez que  la mujer embarazada por un acto de violencia sexual –de los que las páginas de los diarios dan cuenta en una mínima parte– pudiera renunciar a la impuesta y desconcertante maternidad.
En América Latina solo tres países se han mantenido ajenos a esta discusión en sus cámaras: Chile, Nicaragua y Republica Dominicana. Los demás se han rendido al peso de las evidencias. ¿Cuáles son estas? El asombroso número de casos de mujeres, entre ellas adolescentes recién salidas de la infancia, que han sido violadas en las circunstancias menos pensadas: en el colegio, de regreso a sus casas, después de una fiesta, estando al cuidado de sus abuelos, padres u otros  parientes varones. Niñas que pasaron brusca y dolorosamente de la inocencia al descubrimiento de un mundo masculino cruel, lascivo,  y corrupto. 
Para evitar el aumento de madres adolescentes, de jovencitas coartadas en su futuro, de mujeres angustiadas   que no pueden afrontar la venida de una criatura sin las adecuadas condiciones de bienestar que se merece, la mayoría de los países del mundo han aprobado leyes que permiten la interrupción del embarazo en las primeras semanas de concepción cuando no existe humanidad posible sino solo una estructura celular.
Parecía que ese puente jurídico construido en la Asamblea Nacional, organismo de poder presidido por mujeres, iba a permitir mínimamente el paso de una situación de dominio, de usufructo sobre la hembra, a su libertad de ser y decidir como humana.
No ocurrió así. Largos debates, argumentos inteligentes, altivas posiciones feministas y humanistas, de mujeres y hombres, fueron a dar al traste por orden patriarcal. El cuerpo femenino territorio de deseo y de control masculino volvía a ser por una maniobra política propiedad de los HOMBRES, tierra pisoteada por machos y custodiada  por “enajenadas mujeres”. ¡Qué vergüenza y qué dolor!
Otra vez se impuso el orden masculino atropellando  los derechos de las mujeres. ¿Hasta cuándo queda pendiente la recuperación de nuestra soberanía? Usemos la sabia frase de nuestra primera sufragista, la feminista Zoila Ugarte, luchadora por el voto de la mujer, que en 1905 decía: “El feminismo no es una doctrina caprichosa y sin objeto, es la voz de la mujer oprimida, que reclama aquello que le pertenece, y que si no es hoy, mañana o cualquier día lo conseguirá, siendo por tanto inútil ponerle trabas”. El derecho al sufragio femenino se consiguió en 1929 cuando nuevas mentes guiaban a la legislatura.